El tiempo.
Con todo el estrés de mis ocupaciones,
me olvido alguna vez de lo más importante:
disfrutar del tiempo, ese ser sin rostro
que inevitable escapa entre los dedos,
indiferente a todo, instante tras instante.
Mientras lucho con él, perdiendo como siempre,
agotando las fuerzas, casi loca de exhausta,
esperando que llegue el día siguiente, otro año,
por mí el tiempo pasa y yo por el tiempo paso
sin apenas rozar su caricia cercana
que, sin remedio, a ciegas, más bien voy alejando.
Pienso que ya no pienso porque no tengo tiempo,
porque no doy abasto, porque no me relajo.
Ya no medito acerca de mi actual estado:
¿será que en el pasado pensé demasiado?
¡Ay!, tiempo que te escurres,
comúnmente apreciado,
que quiebras las cabezas
pasando tan en vano,
¡cuántas veces quisiera
acoplarme a tu paso
y lograr detenerte!
Pasas indiferente,
un continuo milagro.
Te adoro y no te valoro.
Muy chulo!!! el tiempo descrito de una manera fabulosa!
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